jueves, 27 de marzo de 2014

Sanando con mandalas

Vitalidad

Cuando trabajamos con los mandalas, buscamos ir mucho más allá de un resultado estético.
El mandala representa lo que somos. Es un espacio de expresión libre, de dejarnos ir con la líneas y las formas. No ponemos intención. Fluimos en el espacio circular que nos simboliza.
Crear un mandala es crear un espejo, donde podemos vernos sin máscaras, donde podemos mirarnos a los ojos y reconocer nuestros secretos mejor guardados en el inconsciente.
Nos sentimos liberados cuando dibujamos o pintamos porque estamos utilizando un medio no verbal para expresar lo que hemos callado, lo que hemos reprimido. No condiciones tu expresión porque no te gusta lo que estás haciendo, piensa QUE LO ESTAS HACIENDO!!! Consigues sacar de ti lo que duele, lo que se ha escondido y te hace daño. También te permite encontrar nuevos caminos para explorar tus potenciales ocultos.
No te limites. Crea, dibuja, pinta y sigue haciéndolo como un niño jugando con los colores.
Garabatea... deja que tu mente se relaje y la mano se mueva.
Si te entregas a esta práctica con frecuencia notarás como te resulta más sencillo aceptarte a ti mismo. Aceptar lo que nace de ti. Toda expresión mandálica es maravillosa en tanto es una expresión del Ser... Es bella en tanto es un mensaje del alma que nos comunica lo que necesitamos saber sobre nosotros mismos.
Nos ayuda a reconectar con nuestro Yo Más Profundo, con el auténtico Yo.
Cuando te encuentres contrariado, triste, apático, frustrado, ansioso o cualquier estado inarmónico, dibuja un círculo matriz y empieza a expresarte. Verás por ti mismo los resultados.

Ena Tera Om

viernes, 7 de marzo de 2014

Creatividad

Diseño y Color: Arte Ena Tera Om ®

Para vivir una vida creativa, debemos aprender a perder el miedo a equivocarnos. A menudo un bloqueo creativo se manifiesta como adicción a la fantasía. En vez de trabajar o vivir en el ahora, nuestra mente se entrega a devaneos de sueños diurnos, de los "podría ser...", "habría sido", "debería haber sido". Uno de los grandes malentendidos acerca de la vida artística es que requiere grandes impulsos de desvarío. La verdad es que una vida creativa implica grandes dosis de atención y trabajo. La creatividad pertenece al orden natural de la vida. La vida es energía: energía creativa pura. Existe una fuerza creativa fundamental que mora en nosotros y que nos impregna a nosotros mismos. Cuando nos abrimos a nuestra creatividad, nos abrimos al hacedor que está dentro de nosotros y en nuestra vida. Todos somos creativos.
Muchas de las personas que se encuentran bloqueadas son personalidades muy creativas, pero que no están atentas a sus pensamientos y sentimientos, y por eso no están dispuestas a intentar una y otra vez.
El artista igual que un jardinero debe aprender a no arrancar las ideas antes de que hayan florecido. Los procesos de siembra, latencia y crecimiento deben respetarse. El proceso de equivocarse y volver a intentarlo no es malo, es el proceso de aprendizaje real por el que todos debemos pasar para aprender a hacer del arte una actividad de nuestro verdadero yo interior.
Debemos hacer y hacer, y hacer todavía más, hasta que empecemos a vernos reflejados en nuestras obras.

Autor: Alejandra Viscarra
Imagen: Ena Tera Om ®

jueves, 6 de marzo de 2014

Los mandalas y los niños


Coloreado por Arwen, 9 años. Diseño de Sana Akasha
 
 
La palabra sánscrita «mandala» significa «círculo» y, más concretamente, «pensamiento contenido dentro de un círculo». Designa todo tipo de imágenes organizadas alrededor de un punto central, que pueden contener múltiples formas geométricas y simbólicas. Los dibujos pueden ser muy complejos (como los pintados por los monjes tibetanos, ordenados según unas estrictas normas de composición y referidos a una tradición compleja) o muy sencillos y naturales: un punto en el centro de un círculo, una flor abierta, un sol. Los niños dibujan estas formas primordiales de manera espontánea.
El mandala es una herramienta de recentrado, permite reencontrarse con uno mismo, para calmarse, «retirarse» (dejar de someterse a las presiones del grupo), sentir la vida interior, encontrar el origen. Así, por ejemplo, se proponen ejercicios de observación de la respiración, de escucha de los sonidos interiores, de concentración visual y de ejercicios corporales como automasajes, estiramientos o posturas de relajación.
Manera de proceder al trabajar con niños:
  • Previamente el adulto creará una carpeta con variedad de modelos impresos (fotocopiar para conservar el original) Puede clasificar por grado de dificultad para utilizarlo según la edad del niño.
  • El niño elige por sí mismo el dibujo del álbum que más le atraiga en ese momento.
  • Se instala en un sitio tranquilo donde no sea molestado mientras esté realizando esta actividad.
  • Tiene que tener a su disposición una amplia gama de colores (marcadores, lápices, crayones)
  • Puede transformar el dibujo a su gusto y añadir todos los elementos que desee.
  • Para la comprensión de esta actividad, es importante que observe su estado interior antes y después del coloreado. Antes de un trabajo de concentración, 10 minutos pueden ser suficientes para reencontrar la calma.
  • En la escuela o en casa puede ser una actividad de relajación espontánea muy eficaz.
  • Colorear hasta que considere que está terminado, si el tiempo no alcanza guardar para continuar el mismo en otro momento.
Normas principales para pintar mandalas:
  1. Es una actividad libre, no se puede obligar a pintar un mandala cuando no se desea.
  2. Es importante una buena ventilación, iluminación y sonoridad del ambiente (música tranquila)
  3. Respetar la dirección en que se ha empezado a pintar tomando como referencia el punto central.
  4. Si se pinta del centro hacia afuera libera las energías internas hacia el exterior.
  5. Si se pinta de afuera hacia adentro, encontrará meditativamente su propio centro.
  6. Evitar influir en la elección del modelo, los colores o cómo debe pintarlo.

    Beneficios de dibujar y pintar mandalas:
    • posibilita la concentración y el aprendizaje;
    • equilibra los hemisferios cerebrales izquierdo-analítico y derecho-creativo;
    • favorece el descanso y el sueño;
    • facilita la comunicación y potencia la creatividad;
    • desarrolla los sentidos y la capacidad de percepción;
    • fomenta la iniciativa personal, y estimula la imaginación favoreciendo la libre expresión.
    • A través del dibujo, uso del color y diferentes técnicas grafoplásticas, el niño expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo. Desde los primeros garabatos a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas va desarrollando su psicomotricidad y confirmando la estrecha relación con su desarrollo integral.

Coloreado por Susana, 9 años. Diseñado por Sana Akasha
 
Los mandalas aportan al docente un excelente recurso pues nos brindan diferentes beneficios:
 
  •  Como medio de superación de situaciones emocionales negativas (fobias, ansiedad, temores nocturnos, acosos escolares, experiencias traumáticas). Mientras se pinta en el subconsciente desaparecen los problemas porque nos encontramos en un estado de total relajación y concentración. Las respuestas de reacción a estados emocionales negativos van desapareciendo y poco a poco se transforman. Para el niño pintar o crear mandalas puede ser un medio de autoterapia.
  • Como técnica de relajación.
  • La actividad creativa de los mandalas en niños tensos, introvertidos y con tendencia al aislamiento es muy útil.
  • Como medio de producción.
  • Desde los garabatos, los remolinos, esferas a las producciones de mandalas más elaboradas, el niño va evolucionando en su creatividad productiva y habilidad psicomotriz.
  • Como medio de comunicación.
  • El niño utiliza los recursos de la Expresión Plástica para desarrollar procesos de comunicación, tanto más ricos cuanto más lo sea el medio y los recursos que le estimulen y le orienten.
  • Como medio de expresión.
  • A través del dibujo, del color, el niño se expresa. Expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, desde los primeros garabatos a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas desarrollando con ello su psicomotricidad.
 
Otros mandalas realizados por niños
 
Coloreado por Gael, 5 años. Diseño por Sana Akasha
 
 
 


Coloreado por Arwen, 9 años. Diseño por Sana Akasha
 

miércoles, 5 de marzo de 2014

¿Qué sucede cuando creamos un mandala?


Cuando creamos un mandala, producimos un símbolo personal que revela quién somos en ese momento. El círculo que dibujamos contiene —e incluso invita a aparecer partes conflictivas de nuestra naturaleza. No obstante, aun cuando emerge el conflicto, existe la innegable liberación de tensión al producir un mandala. Tal vez sea porque la forma del círculo nos recuerda la estrecha seguridad del viente materno. El efecto calmante de dibujar un círculo también puede deberse a su capacidad para simbolizar el espacio ocupado por nuestros cuerpos. Dibujar un círculo puede tener cierto parecido con dibujar un limite protector en torno al espacio físico y psíquico que cada uno de nosotros identifica como uno mismo.

El mandala invoca la influencia del Self o sí mismo, el patrón subyacente de orden y totalidad, la trama de la vida que nos sostiene y sustenta. Al hacer un mandala creamos nuestro propio espacio sagrado, un espacio de protección, un foco para la concentración de nuestras energías. Cuando expresamos nuestros conflictos internos en la forma simbólica del mandala, los proyectamos fuera de nosotros mismos. Se puede alcanzar una sensación de unidad simplemente mediante el acto mismo de trazar un círculo.

S. Fincher

martes, 4 de marzo de 2014

Ejercicio nº 2: Estar más centrados y enraizados


Antes de colorear cualquier mandala, tómate unos instantes para observarlo, recórrelo con los ojos abiertos; luego cierra los ojos, y toma algunas respiraciones profundas.
Para realizar el siguiente mandala que favorece el enraizamiento, la toma a tierra, el enfoque, el estar centrados, puedes hacerlo al aire libre. Si el tiempo lo permite, quítate los zapatos y pon los pies en la tierra, siente la energía de la tierra subir por tus piernas mientras inspiras y luego como descargas todas las tensiones al exhalar. Si no puedes hacerlo en un entorno natural, visualízate en un sitio que sea de tu agrado: puede ser un bosque, una montaña, lo que desees.
Siente como la Madre Tierra te acoge y te nutre. Cuando lo sientas más o menos claro, elige una zona para empezar a colorear el siguiente mandala y sigue las indicaciones que se dan a continuación:
 
 
 

Pautas para elaborar  este mandala:Coge 4 lápices de colores: rojo, azul, amarillo y verde. Elige uno por vez con los ojos cerrados y, salga el que salga, colorea tu mandala. Tú decides cuánto poner y dónde.

Al finalizar tu mandala, obsérvalo durante unos instantes y toma nota de lo que sientes, de lo que te genera. Cómo te has sentido antes, durante y después de pintar tu mandala. Ponle fecha y un título (opcional).

Este mandala te permitirá estar más centrado y enfocado. Ser más práctico y deductivo.

Opción 2: Luego de un tiempo puedes realizar este mandala sin limitarte en el número de colores. Siempre que pintas un mandala, lo haces por primera vez. El resultado será diferente, y poco a poco irás descubriendo cómo tu alma se comunica contigo a través de la forma, la vibración y el color.

Amor y Luz

Ena Tera Om

La Inspiración para crear un mandala



Según la psicología, los mandalas representan al ser humano. Interactuar con ellos es un poderoso instrumento para sanar las fragmentaciones psíquicas y espirituales, ayuda a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro ser esencial. Crear mandalas e interactuar con ellos, ya sea a través de la meditación o con la simple observación, abre puertas hasta el momento desconocidas, dejando que brote de forma libre y natural la sabiduría interior.


Psicológicamente la forma en que se dibuja y/o pinta un mandala tiene un simbolismo específico. Así, cuando se comienza desde el centro hacia fuera se hace presente una exteriorización de las emociones mientras que, de afuera hacia dentro, es la búsqueda del propio centro y la asimilación del conocimiento, la que se hace presente.

La creación de mandalas es una meditación activa que nos conecta con nuestra propia esencia, permitiéndonos expandir la conciencia y mejorar la comunicación con el mundo. Su minucioso trabajo desarrolla la paciencia y la constancia de una manera progresiva y segura, despertando los sentidos, mostrándonos aspectos propios hasta el momento desconocidos… a medida que se avanza en la creación o meditación sobre un mandala, se comienza a escuchar la voz de nuestra intuición, desarrollamos de esta forma, la capacidad de curarnos física y psíquicamente, desarrollamos la auto aceptación y la auto observación de una manera natural e intuitiva.

Quien realiza o medita sobre un mandala, emprende un viaje en el cual descubre que cada parte del mandala forma parte de un todo, que cada parte del universo forma parte de uno mismo, descubriendo de esta forma una integración, un equilibrio unificador.

La inspiración para crear un mandala

Se habla de inspiración como una cualidad que surge, en ocasiones, de forma espontánea, pero que también puede ser preparada previamente. Así, el artista, para inspirarse, busca estímulos lo suficientemente variados e importantes como para impactar a sus sentidos.

En la creación de un mandala, la inspiración más certera es la que brota de nuestro propio interior. Unos minutos de contemplación, meditación, calma, un ambiente tranquilo y cómodo son más que suficientes… con la práctica y el entendimiento de que todos, absolutamente todos poseemos talento, se asume la innecesidad de altares sofisticados y herramientas mágicas para comprender que las diferentes realidades de todos los días, son también una expresión divina, hallando en cada una de ellas, la esencia misma de cada uno de nosotros.

Descubriendo un grado de integración con el “todo”, impulsados en dirección a esa totalidad… descubrimos el aspecto divino o elevado de todo lo que nos rodea… el artista deja incubar en su subconsciente estos elementos dejando surgir la posibilidad de plasmar la belleza en un trabajo artístico o plástico.

Todo lo que hacemos en nuestra vida a nivel físico y concreto, tiene sus repercusiones en planos más sutiles y elevados, y viceversa. Así la creación de un mandala es un simple dibujo para el ojo racional, mientras que para lo sutil, para la intuición, es un mapa que traza el camino a seguir hacia el auto conocimiento profundo, entendiendo incluso, aspectos imposibles de poner en palabras.

La creación de un mandala, es un ida y vuelta entre lo sutil y lo concreto. La inspiración que nos impulsa a su creación, impulsará nuestras actividades y estará viva en todo lo que se constrsuya.

La meta se alcanza con cada mandala terminado, que paradójicamente, simboliza el comienzo de un camino. Se alcanza entonces un grado elevado de conciencia, en donde todos los seres y todo lo que nos rodea, brillan con la magia de lo único, hallando en el universo la esencia de nuestra alma.

Fuente: http://hermandadblanca.org/los-mandalas

Arte Ena Tera Om ®

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